martes, 11 de junio de 2013
El engaño
Fantasma que llama a mi puerta en este mundo sin sentido, golpeas fuerte contra mi pecho, alimentándote de mis lágrimas sin piedad alguna, disfrutando de mi profundo dolor y bebiendo de la sangre que brota de las heridas de mi corazón. Bestia eterna, marchitando con tu aliento vidas y sueños felices, convirtiéndolos en sombras y en una angustiosa oscuridad. Con el filo de tus garras, me arrancas sin contemplaciones todas mis sonrisas, todas mis ilusiones, dejándome a la merced de la desconfianza y el miedo. Degollador de almas, provocador de muertes lentas y penosas en silencio, sintiendo cómo te adueñas de nuestros cuerpos, convirtiéndonos en tus marionetas mudas, heridas y estropeadas por tus crueles juegos.
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