sábado, 28 de junio de 2014

¡Una buena obra de buena mañana!

¡Buenos días a tod@s! Esta mañana, que he ido a hacer unas compras, nunca me habría imaginado que acabaría regalándole unas galletas a un pobrecito indigente que había frente al super. Si, si, como lo leéis. Estaba comprando un poco de carne para comer hoy, cuando he visto a un hombre de unos veinte años pidiendo limosna. Me ha impactado, principalmente por la edad. Cuando he salido de la tienda, he salido por patas, sin mirarle, porque esas situaciones pueden conmigo, como todo el mundo. Pero me he arrepentido, y después de debatir con mi nonne sobre que comprarle, me decanté por unas galletas (ya que no había bocatas de esos envasados). He de admitir, que estaba nerviosa. Jamás me había visto en esa situación. Claro que he dado algunas monedillas a lo largo de mi vida, pero nunca algo de comida. Y es mucho mejor, ya que el dinero podría gastarselo en cualquier cosa-e incluso en sustancias malsanas- y es mas conveniente algo para comer. Y ahí estaba yo, diciéndole al hombre que no llevaba dinero suelto, pero que le regalaba mis galletas, para que pasase el día lo mejor posible. Y después de una retahíla de gracias por su parte-y también llamarme guapa- abrió el paquete y se comió una. Y en ese momento, me sentí la mujer mas feliz del mundo, simplemente por haber alegrado un poco la vida a una persona desconocida. Ver su cara de sorpresa y gratitud al recibir un simple paquete de galletas, me llenó el corazón de luz y alegría. De ahora en adelante, intentaré ayudar más en estas situaciones, y en vez de irme corriendo por la presión, intentar sacar alguna sonrisa desinteresada ^^ Y ahora, ¡estoy mas feliz que una perdiz! Supongo, que con un pequeño grano de arena que aportemos cada uno, tal vez haya menos situaciones como esta, y más sonrisas en rostros ajenos.

¡SEAMOS SOLIDARIOS!


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