lunes, 15 de septiembre de 2014

Relato del microcuento XIII

¡Os traigo el Relato del microcuento nºXII! ¡Disfrutadlo! ;) Por cierto, es recomendable que este relato lo leáis con esta canción, ya que a mi me emociona mucho esta canción, y creo que pega con este relato ^^ 



Abrió la puerta de su casa con violencia, dejando tras ella el frescor de la calle. La desesperación la consumía cómo un insignificante trozo de papel entre las brasas de una hoguera. Subió como un torbellino las escaleras, tropezando cada tres escalones por la poca visibilidad que le dejaban las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Cuando llegó al estudio, se abalanzó sobre la pila de fotografías que descansaban sobre la mesa principal, y las miró con prisa, buscando algo que sabía que no encontraría.

-Por favor… Por favor- suplicó, mirándo las fotografías recortadas. En cada una de ellas, se había recortado el rostro y parte de la figura de un hombre. El hombre al que había amado toda su vida, pero que por automenirse, jamás había admitido.

Gritó, presa de la impotencia que sentía en su interior, al darse cuenta de lo equivocada que había estado todo este tiempo. De un manotazo, hizo volar todas las fotografías por los aires, esparciéndolas por el suelo. Le recordaron a la lluvia que caía la primera vez que lo vió, la primera vez que su corazón latió con una fuerza inimaginable. Cayó de rodillas al suelo-sentía su cuerpo flaquear-, y dejó que las lágrimas se escaparan entre sus mejillas, precipitándose contra las fotografías que descansaban en el suelo. Volvió a coger un puñado de estas y las miró, esperando ver alguna de ellas entera. Su corazón ansiaba con anhelo volver a verlo, volver a vislumbrar su sonrisa, su cuerpo, sus ojos; y las fotografías habían sido su único consuelo durante mucho tiempo, hasta que llegó el día que pensó que solo le hacían mal, que debía olvidarlo. Las recortó, pensando que así podría eliminar todo resto de amor que sentía hacia él, autoconvenciéndose de que no lo necesitaba cómo el aire. Pero se había equivocado. Aquello sólo intensificó su necesidad, al no poder verlo en ningún lugar. Que injusto era el amor. 
Sus hombros temblaron, presos por la sacudida de un nuevo berrinche que amenazaba con surgir. Y dejó que así fuera: Rugió, dominada por el anhelo, la rabia, la impotencia y la angústia que sentía; lloró por lo que no pudo ser, por lo que le gustaría que hubiera sido, por el injusto pasado y por el perdido presente. Sollozó por el temor a perder la imagen de él en su memória, por olvidar todo lo que él era y había sido por arrinconar los sentimientos tan puros que sentía hacia él; y se maldijo por sus actos y su estupidez. Se tapó la cara con las manos y lloró en silencio, temblando como una hoja seca al mecerla el viento. Y sin darse cuenta, se quedó dormida. Y soñó con él, con su sonrisa y sus preciosos ojos, con las fotografías completas y los recuerdos que albergaban en ellas. Morfeo le había regalado un preciado regalo: el poder de recordar al amor de su vida en sus sueños.

4 comentarios:

  1. Esta canción me encanta! Me ha gustado mucho el relato, espero que sigas subiendo.
    Besos.

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    1. Cuando tenga tiempo seguiré subiendo, que ahora estoy en el insti... Y es un poco complicado jejeje

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  2. Pensé que era la única que conocia a los fantásticos Trading Yesterday, me encantaaaan.
    La emoción de este relato es palpable, el como ella sufre lo transmite al lector al instante y eso es digno de una escritora de primera, un trabajo magnífico ;D
    Un beso
    Lena

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  3. Me encanta ese grupoooo ^^ Muchas gracias por el halago! Espero ser mejor día a día ;)

    Un besooo

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