lunes, 3 de noviembre de 2014

¡Microcuentos de Halloween!

¡Buenos días a tod@s!

Ya llega a su final nuestro Especial Halloween, pero no temáis, porque nos despediremos leyendo unos cuantos relatos de terror y algún que otro microcuento; además de que os dejaré una lista sobre 'Las películas ideales para ver un día de Halloween' (o un día cualquiera, por mí, todo el año podría ser Halloween jejeje) Pues bien, ¡comencemos con los relatos!

1. Ya ha llegado Matilda-Willmouse

¡Ah, el timbre! ¡Ya ha llegado! ¡Es ella! ¡Matilda! ¡Qué guapa estás! Yo diría que ese vestido rojo te sienta maravillosamente. ¿Te has hecho algo en el pelo? Sí, estás guapísima, como siempre. Me gusta ese perfume nuevo. ¿No traes maleta? Bueno, no importa. Siéntate, siéntate… ¿Quieres un té? Ah, claro, con leche. Y dos terrones de azúcar, ya lo sé… Es maravilloso tenerte de nuevo en casa, Matilda. No sé qué haría sin ti. Esta semana que has estado fuera me he sentido perdido y triste, y apenas he comido nada. Créeme: cuando te llamo “mi vida”, no exagero ni una pizca. ¿Quieres darte un baño? Ah, buena idea. Ahora te llevo toallas limpias. Hay sales perfumadas en la estantería, Matilda. ¿Las ves? Aquí te dejo las toallas… No te quedes dormida en la bañera, que te conozco. Mientras, voy a preparar algo de cena… Oh, vaya, el teléfono. ¿Sí? Dígame. [...] Oh, debe de haberse equivocado, señor. Debe de tratarse de una lamentable confusión. Con toda seguridad no se trata de mi esposa, señor, porque en estos momentos está aquí en casa, dándose un baño… Es un error, señor. Buenas noches. Matilda, acaban de llamar del tanatorio… ¡Qué confusión tan desagradable…! Decían que estabas… ¿Puedo entrar, Matilda? Matilda. Matilda. ¿Estás ahí, Matilda…?

2. En el desván

La desoladora situación económica que sufría mi familia originó la idea de hipotecar la mansión que me vio nacer. La noche anterior a la cesión de propiedad me encontraba, a la luz de una vela, ordenando enseres y recuerdos casi olvidados en los desdeñados recodos de aquel lóbrego desván que siempre había evitado visitar.

Reconocí el baúl de mi difunta madre cubierto de telarañas tras una carcomida viga, las bisagras crepitaron tétricamente al abrirlo, pero en su interior, infinidad de prendas, cartas y fotos antiguas, permanecían impolutas, como si el tiempo nunca hubiera pasado por ellas.

Al levantar un vestido presioné levemente aquella vieja muñeca…

-Mami, ¿Dónde estás?

Sobresaltado cerré el arcón de golpe, provocando el remolino de aire que apagó la vela.

-¡Te quiero mami!…

Corrí asustado en dirección a la puerta pero tropecé, golpeando mi cabeza contra el suelo.

-Mami, ¡Quiero que se quede con nosotras!

Sentí un helado aliento horadando mi nuca…

-¡Gracias Mami! ¡Te quiero mami!…

3. Todas las noches-Victorvi

Alrededor de las dos de la madrugada, mis vecinos ponían la misma canción a todo volumen. Vivíamos pared con pared. Solo podía maldecirlos. Era una de esas canciones caribeñas con mucho ritmo.

Mis vecinos eran una pareja joven y muy amable. Un chico delgado y una chica risueña de bonita sonrisa. Su único problema era que siempre que llegaban del restaurante en el que trabajaban ponían esa música atronadora y me despertaban.

Decidí matarlos, no atendían mis quejas y por eso los maté, para asegurar mi descanso.
Cuando se llevaron los cuerpos, después de las rutinarias preguntas policiales, nadie sospecho de mí, afable y reputado anciano como soy, con toda una vida en la misma casa.
Pero lo que ahora me tiene aterrado, es que esta madrugada, ha sonado la misma canción, mientras unas voces, entre risas, al otro lado de la pared, dicen «cuando menos te lo esperes bailaremos los tres juntos».

4. El monstruo- Emil Sinclair

No te preocupes mi niño, mamá está contigo, nada va a pasarte.No pongasesa cara mi vida, ya te he contado todos los cuentos que sabíamos, ahora hay que dormir cariño, así bien tapadito, no, tu osito Charlie está roto y sucio, acuérdate. Sí, no me olvido del beso en la frente, sí Esteban, he mirado debajo de la cama y en el armario y no he encontrado ningún monstruo, ya te he dicho muchas veces que los monstruos no existen, sólo que a menudo se tienen pesadillas y crees que lo que has visto y hecho es real mi pequeñín, ahora duerme, sí, mamá vigilará, buenas noches querido, pero no llores mi cielo, por favor sabes que oírte llorar me hace daño, cálmate ángel mío, no te revuelvas tan fYuerte, vas a acabar hiriéndote, sabes que esta noche tiene que ser así mi vida, si duermes tranquilo mañana aflojaré las cinchas de tus muñecas y soltaré tus piernas, pero sólo si eres bueno te dejaré comer carne.

5. Morella

Al fin me encontraba envuelto por aquellos gélidos brazos. Tres años de delirio en soledad, escuchando susurrar su nombre en cada soplo de aire, en cada ola de mar.
Al fin descansará en paz mi alma atormentada por el recuerdo de quien tanto odié… y amé.
La enfermedad que habría de liberarme al fin de esta tortuosa existencia me consumía desde hace días, sentí finalmente mi sufrimiento concluir cuando perdí la consciencia…
Aquel Doctor describió a la niña que lo busco esa noche, su pálido rostro, su entrañable gesto, la tibieza de su voz.

-Probablemente hubiera fallecido sin los cuidados de su hija Morella.

Mi corazón pareció helarse al escuchar de nuevo su nombre resonando en mi cabeza.

-Pero, mi hija murió hace tres años…

-Caballero, descanse, debe estar delirando, hace nada estaba aquí, cuidándole…

Copos de nieve mecidos por la fría brisa cubren paulatinamente pequeñas huellas femeninas, camino del sepulcro junto al océano que continuamente susurra su nombre…

¡Y para terminar, unos microrrelatos escritos por mi!

  • Y por primera vez, cuando el asustado niño preguntó si había alguien en su habitación, una tenebrosa voz respondió, afirmando, tras la puerta del armario. 
  • Piensa rápido, pues para cuando sepas de mi existencia, yo ya habré apagado las luces.
  • Y para esa noche, el gato negro se vistió con sus mejores galas para pasearse frente los viandantes.
  • Una cruel carnicería se presenció aquella noche, mientras los desgarradores gritos de las calabazas se alzaron sobre el cielo nocturno. Vaciaron sus cuerpos y cortaron su piel, para exponerlas luego en los patios, cómo trofeos de guerra. 
¡Hasta aquí los microrrelatos/microcuentos! ;)

3 comentarios:

  1. Para ponerle a uno la piel de gallina, que cagueee. El monstruo de Emil Sinclair si que me suena haberlo leido en algún sitio. Pobres calabazas, eso si que es una película de terror, un besooo
    Lena

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  2. Hola Lu!

    Que buena ide ala del especial de mirorelatos. Me ha encantado cada uno de los fragmentos. Todavía recuerdo tu relato de la mujer que paria en un convento con las monjas que le asistian el parto Fue genial. Escribís muy bien! Lográs captar la esencia de los personajes y de las situaciones traumática que pasan.

    Un consejo, me gustaríaver más escritos tuyos y menos extractos citados de otros autores :D
    Un beso linda ♥

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  3. Hola Linda! ^^
    Tiempo sin visitar blogs, y me tope cone ste post muy curioso. Relatos de hallowen que espectacular! Me extraña que no hayas puesto nada de Stephen King.

    Un beso linda, que tengas buena semana!
    Nos leemos ♥

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