jueves, 22 de mayo de 2014

Le extrañaba...

Se despidieron con un cálido y reconfortante beso, pero ella no tuvo suficiente. La sed por sus labios jamás cesaría. Cuando la puerta se cerró, toda la luz que permanecía dentro de ella se escapó tras él. Lo observó caminar desde la ventana, observando los pliegues de la camiseta que se formaban en la espalda y sus marcados hombros. Deseó que volviera, que diese la vuelta y la abrazase hasta que el sol abandonase el día. Pero no fue así. Su fragancia preservaba en la camiseta de ella, que la olió con lentitud, como si quisiera marcar aquel aroma a fuego lento en su mente. Respiró la tela, recordando cada momento junto a él, todas las sonrisas, los fugaces besos robados y la imagen de su preciosa sonrisa... Su corazón bramaba desesperado, su alma chillaba el nombre de su amado, necesitada... Le extrañaba cada vez más, cada segundo que pasaba, su necesidad acrecentaba.

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