domingo, 13 de julio de 2014

¡Noche en la montaña!


Como os conté ayer, estuve todo el día fuera, porque primeramente, me fui a casa del padre de mi chico a comer, y después, nos fuimos a la montaña a pasear junto a mi familia y unos amigos. Si, sí, y no fue "moco de pavo" eh... Llegamos al punto de reunión sobre las 8 y cuarto de la tarde, y comenzamos a ascender montaña arriba. Fue un camino de hora y media, pero entre todas las "chácharas" que nos montábamos, se nos pasó el tiempo de un plumazo, hasta que llegamos a la ermita de Can Medir.


Preciosa, ¿verdad? 
Al llegar, nos adueñamos de unas cuantas mesas de madera que había por los alrededores (un merendero) y tan rápido como nos sentamos, nos dispusimos a comer... Estábamos famélicos. Y a medida que íbamos contando anécdotas y pasando tiempo entre bocado y bocado, se nos hizo de noche. Comenzaron las paranoias entre los más pequeños (y en mí también) y los ruidos extraños en el bosque. He de admitir, que daba bastante miedo estar rodeados por inmensidad de hectáreas de bosque, solos, sin nadie a quien avisar y sin cobertura. ¡Para que nos apareciese un perturbado por los alrededores! Aunque también me pareció el típico escenario para un ataque zombie... Y no os creáis que no pasó nada, porque en un momento, si escuchamos ruidos tenebrosos muy cerca de nosotros, y al ir a alumbrar(teníamos linternas) vimos que era un perro. ¡¿Un perro?! ¿Qué iba a ser lo siguiente? ¿El cazador que viene tras el perro? Pero en fin, al cabo de un rato nos calmamos y comenzamos a juguetear con las linternas entre nosotros. Hasta  que apareció la luna llena entre las montañas y ya no hicieron falta. Fue espectacular... Sin ni una sola nube, aquella diosa plateada se levantaba de su somnolencia para bañarnos con su luz y su belleza. Valió la pena todo el camino, todo el esfuerzo (y todo el miedo) para poder contemplar aquella maravilla de la noche en todo su esplendor. Era el haz de luz que existe entre tanta oscuridad, la que ilumina a los que están perdidos entre las sombras, La Luna del Cacciatore(cazador). ¿Y porqué se la llama así? Por qué cuando salía la luna llena, era el momento óptimo para que los cazadores salieran de caza, sin necesidad de alumbrarse con focos alternativos. Solo la luz pura de la luna y el apetito de presas. ¡Me he enamorado de esta foto!
Y después de contemplar semejante belleza, descendimos con las linternas, adentrándonos en el oscuro y espeso bosque, hasta que llagamos al final. Fue una experiencia increíble, y muy divertida. Acabé con las bambas llenas de tierra y los pies destrozados, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Espero repetirla de nuevo, con las mismas personas e incluso más. 
Y estoy pensando en escribir un pequeño texto sobre La Luna del Cacciatore (me ha gustado mucho) pero como digo a veces, eso es una idea en el aire ;)


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