sábado, 22 de noviembre de 2014

Eyra. 5

Reí y choqué mi frente con la de él. Estaba enamorada de él hasta los huesos.

-¡Que corra el aire por aquí! A ver, que paso-exclamó Steven, pasando por en medio de los dos.

Steven había sido el mejor amigo de Einar en vida, y aún habiendo subido a los cielos, seguían siéndolo. Habían perdido la vida juntos luchando a manos de un rey vikingo, y por su valía, Odín les había otorgado el regalo de seguir conviviendo juntos y luchar a sus órdenes. Eran cómo uña y carne. Les miré con cariño: Steven era un hombre alto y de piel acaramelada, rubio y de ojos grises; era cómo un hermano para mí. En cambio, Einar tenía la piel aceitunada y el pelo oscuro como el azabache, con unos ojos verdes que me hipnotizaban. Eran tan distintos, y aún así había un equilibrio entre ellos que nadie podría llegar a romper jamás. Los vi juntar los puños y reírse entre ellos. Entonces se giró para mirarme.

-¡Vaya, Eyra! No sabía que estabas aquí-dijo con una sonrisa pícara.

Le di un codazo y él abrió los brazos entre risas. Lo abracé con fuerza y me dejé mecer por su cariño. Me acarició la cabeza y miró a Einar.

-Ten cuidado hermano, que cada vez está más guapa- me soltó y me pellizcó la nariz. Me quejé y arrugué la nariz-, y hay mucho buitre por aquí.
-Que se acerquen-respondió él, haciéndose crujir los nudillos-que les demostraré el dolor de sus imprudencias.
-Estoy aquí, ¿lo sabéis no?-dije cruzando los brazos- Puedo defenderme solita.
-Ya lo sé, cariño-Einar me atrajo hacia él asiéndome por la cintura-, pero admítelo, te encanta cuando me pongo protector.
Un ligero rubor me delató. Einar rió y me besó en la mejilla.

-Eres adorable, nena.
-¡No es verdad!-me apresuré a decir, presa de la vergüenza.
-¡Eyra!-exclamó la voz de Aihrel tras de mí. Luchaba por pasar entre dos eiherjars que más bien parecían armarios-¡Dejad sitio, que parecéis la Gran muralla China!

Steven fue en su ayuda, la agarró por debajo de los hombros y la alzó cual niña pequeña, mientras le propinaba una patada certera en sus partes bajas a uno de los einherjars.

-La señorita os pedía que la dejarais pasar, par de sinvergüenzas- se la cargó como un saco de patatas y volvió junto a nosotros, mientras mirábamos atónitos cómo el einherjar se retorcía y se cubría sus partes íntimas.
-¡Stev! Bájame ahora mismo, que se me va a ver todo-gritó Aihrel, tapándose el trasero.
-¿Así me agradeces de haberte salvado de morir aplastada? Qué pena-dijo Steven entre risas, bajándola con cuidado- La próxima vez te salvas el culo tu misma, guapita.
-Gracias, Stev-dijo ella, enfatizando la primera palabra. Seguidamente, le dio un beso en la mejilla-. ¿Te va bien así?
-¡No, así no! A ver si ahora van a creer que estamos juntos-bromeó Steven, mirando hacia todos lados-. ¿Aunque a ti te gustaría, verdad?
-Mas quisieras, guapo-le devolvió la pulla.
-Chicas, chicas, las dos tenéis razón-soltó Einar, separándolos entre risas. Estaba claro que aquello le divertía.
Aihrel estaba a punto de replicar, cuando dos estallidos de luz iluminaron toda la estancia, y tras ellos aparecieron de nuevo las figuras de Freyja y Odín. Hubo vitoreos y un gran revuelo de palmadas, todos impacientes por saber los resultados de la elección del grupo de rastreo.

-Sed bienvenidos a la décimo-tercera reunión para elegir al próximo grupo de rastreo, que tendrá el privilegio de bajar al Midgard y confraternizar con los guardianes de este-dijo Freyja alzando los brazos y dirigiéndonos una gran sonrisa.
Todos gritamos y vitoreamos a nuestra diosa. Entonces Odín carraspeó y alzó la mano, en señal de silencio. Luego la extendió y sobre esta se materializó un pergamino, envuelto en un liviano lazo rojo. Sin necesidad de moverse, el lazo se desanudó y cayó al suelo, y el pergamino se abrió frente a los ojos del dios de dioses.

-Los afortunados que tendrán el honor de bajar al Midgard y emplear el importante cometido de esta búsqueda, serán…-se acercó el papel hasta casi rozarlo con la nariz y leyó- Baudier, Esben, Einar, Steven y Geir, mis cinco guerreros más valientes y fieros de los que dispongo.
Gritos de júbilo y “enhorabuenas” llenaron toda la sala. Miré a Einar y me lancé a sus brazos, dándole la enhorabuena y colmándolo de besos. Hacía décadas que soñaba con bajar al Midgard y se le notaba más que ilusionado.
-¡Deja de abrazar a tu novia y abrázame a mí, tío!-dijo abriendo los brazos-¡Que vamos a ir juntos al Midgard!

Los dos amigos se abrazaron y chocaron puños, mientras reían felices.

-¡Seguro que entre las cinco valquirias que ha elegido Freyja, nosotras estamos entre ellas!-señaló Aihrel- Somos las personas más cercanas a Stev y Einar.
-Es muy posible…-Al pensar en ello, mi corazón comenzó a bombear con más rapidez. Las elecciones siempre se hacían con el criterio de escoger a las personas más cercanas emocionalmente de los primeros elegidos.

La voz ronca de Odín volvió a retumbar por el enorme salón:

-Y las valquirias que descenderán junto a mis guerreros, escogidos por Freyja, són…

El silencio se hizo eterno, incluso frustrante, y el perceptible sonido de mi corazón a mil por hora no ayudó en absoluto.

-…Kaira, Britta, Gala, Aihrel y Lynae. Estas son las cinco valquirias más predispuestas, que Freyja ha seleccionado, para este cometido.

El pergamino desapareció tras decir los últimos nombres y los dos dioses se despidieron de nosotros:

-Y hasta aquí, la décimo-tercera reunión para elegir el grupo de rastreo. ¡Enhorabuena a los elegidos! Tendréis tres días para organizaros y coordinaros con vuestros compañeros. Estad preparados en el templo de Odín, en el Asgard a primera hora…

Freyja siguió con su discurso de preparación y las felicitaciones, pero para mí todo había quedado en el más ahogado silencio, al descubrir que no iba a bajar junto a mis compañeros y mi eiherjar al Midgard.


1 comentario:

  1. Pobre Erya...
    Que escena mas tierna has conseguido, yo quiero uno tan guapo como él.
    Seguro que al final todo se arregla, no puedo esperar ;D
    Un besoo
    Lena

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